Encontramos muy a menudo a niños con mala escritura. Niños con problemas de grafía y mala pinza escribana. Puede haber muchas causas, pero sin duda, debemos estudiar los Reflejos Primitivos de sus manos.
¿Cuántas veces le habrás dicho: “¡Coge bien el lápiz!”? Seguro que más de una. Si la causa son reflejos activos, seguirá cogiéndolo así. Es su patrón, es involuntario y no puede controlarlo.
Cada vez más, nos llegan a consulta este tipo de dificultades. ¿Por qué?
Los niños ya no juegan con piedras, no manipulan objetos desde pequeños, dejan de jugar en el parque. Han pasado a hacero con la tablet, con el móvil y serán impresionantes en la tecnología, pero no todo es eso. Primero, deben superar las fases naturales del desarrollo. Deben cogen pelotas, tocar nuevos objetos… Eso es lo que hará que se desarrollen las manos.
Un bebé pasa por unas fases de desarrollo concretas, con una edad de principio y fin para cada una de ellas. Que ese periodo de cualquier fase (ya sea reptado, gateo…) haya sido más largo, más corto o sencillamente, que no haya pasado por esa fase, no significa que categóricamente vaya a sufrir ciertos problemas. Lo que si es seguro, es que las posibilidades de tenerlos, son mayores.
Es por ello que, si encontramos que un niño sufre problemas a la hora de escribir, es necesario descartar que Reflejos Primarios como el reflejo de Agarre, entre otros, persistan activos. Estos reflejos tienen mucha importancia para el desarrollo de las manos de un bebé y para la posterior pinza escribana.
¿Cómo se puede saber si es este el problema?
Realizando una evaluación completa de desarrollo. Es fácil. Si el problema está aquí, se evalúa y se trabaja. Sí, se trabaja porque mediante ejercicios sencillos, podemos hacer que se vayan integrando los tres reflejos de los que hemos hablado, creando buenos hábitos en sus manos.
Por supuesto, cuanto antes detectemos que la causa de la mala escritura de ese niño, es su desarrollo; primero, menos problemas académicos le supondrá y, segundo, más rápidamente podremos mejorar.
Además, gracias a esta evaluación, podremos saber si hay otras fases del desarrollo que no se han completado correctamente. Así, dificultades atencionales, de coordinación, de destreza motora, entre otros problemas, podremos saber y descartar si son consecuencia de unos Reflejos Primitivos activos.